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Foto: Vincent Peters |
Y os dio por experimentar con las matemáticas: dos y uno, dos y una. No sabíais si experimentabais con seguridades o inseguridades, con heterosexualidades o bisexualidades. No sabíais que las matemáticas no son ciencias exactas, que no miden los riesgos de que aparezcan los celos, de que se pase de ser centro de atención a mero espectador, de que parezca aburrido el sexo en pareja o de que se acabe prescindiendo del otro. Las matemáticas no miden la fantasía, pero a la mente llega primero la fantasía, después el cálculo matemático. La fantasía no deja de ser una realidad, una realidad inmensurable e incalculable que no todos se atreven a realizar.
1 comentarios:
Un trío clásico: mi jefe, su señora y la encargada, y yo por la mirilla del despacho.
¡ES MI FANTASÍA SEXUAL!
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